
Os pongo una crítica de una de las personas que más me fío a la hora de seleccionar restaurante:
"Lo primero, voy a presentarme, soy la hermana del autor del blog, por lo que deduciréis que soy una gran amante de la gastronomía. Pues bien, os voy a hablar del restaurante Baobab, al que fuí este fin de semana.
Está situado muy cerca de la plaza San Francisco (Arzobispo Apaolaza, 2) y es un restaurante de comida vegetariana. ¡Alto, alto, alto!.... pese a los que podáis pensar que no os van este tipo de comidas, os voy a hacer cambiar de opinión. Nosotros ya habíamos oído hablar muy bien de él, pero como casi todo en esta vida, había que probarlo para opinar (esto me viene de familia).
Fuimos un sábado, por lo que había mucha gente, pero aunque fuimos sin reserva nos dieron una mesa para dos a los diez minutos. De todas formas, os recomiendo llamar para reservar (976 359011) si vais a ir más personas.
Cuando nos dieron la carta queríamos comérnoslo todo pero al final nos decantamos por una ensalada, un primero para compartir y un segundo por persona (ya he dicho que somos de “a ver cómo sabe esto y... a untar”). Bueno, la ensalada era de aguacate, endivias y una vinagreta de menta, que ¡madre del amor hermoso, estaba buenísima! La acompañamos con un risoto de setas, tomate natural a trocitos y queso parmesano muy suave, que también estaba muy bueno.
Los segundos tampoco nos dejaron indiferentes, aunque lo que sí nos dejaron fue bastante llenos, pues una de las características de este lugar es que, a pesar de ser vegetariano, deja a los más insaciables bien satisfechos. Uno de los platos era una crepe de setas y salsa de queso brie; y el otro eran unas fajitas de champiñones con nata. Ni que decir tiene que ambos platos estaban deliciosos y que nos los comimos “agustísimo”.
Por último y como ya no podíamos más, tomamos un zumo natural de manzana y zanahoria que me recordó a los me hacía mi madre con la licuadora, todo un placer para los sentidos y para la digestión. Además, los ojos se nos iban a los platos que los vecinos degustaban como una lasaña primavera, otras ensaladas muy originales o carpaccios que te hablaban.
El precio, que seguro os interesa, es bastante asequible. A nosotros nos costó 20 euros por persona con vino y pan (por cierto, muy bueno), pero tengo entendido que entre semana tienen menús de unos 10 euros que te deben dejar igual de contento que nos dejó a nosotros.
Os lo recomiendo a todos, hervíboros, carnívoros y ovíparos (pues también tenían una larga lista de tortillas de todo tipo); a todos los que les gusta comer bien de restaurante en Zaragoza.
Buen provecho!"
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