
1 - Los restaurantes chinos en muchas ocasiones suelen ser mirados con recelo, todo el mundo sabe aquella de: "¿alguna vez has visto algún chino en el cementerio?" Pero este restaurante da mucha confianza, es un restaurante que fue de los primeros en instalarse en Zaragoza, teniendo luego otro local e incluso abriendo un tercero para que los maños pudieran comer también en sus vacaciones, lo abrieron en Salou.
2 - Otro aspecto que da confianza es el que entre sus empleados también hay españoles, no son todos de origen asiático. Incluso durante un tiempo el encargado era de Zaragoza.
3 - La comida es muy buena y sienta muy bien. Como en todos estos restaurantes las raciones son contundentes, es decir que si vas dos personas y te pides el menú para dos llega un momento en el que hay que parar de comer, si no revientas. Cuando digo que sienta bien es que he probado muchos restaurantes chinos y una de las cosas que tienen es que después de comer a veces las tripas te van un poco "grrrr", especialmente las de comida a domicilio, en este restaurante nunca me ha pasado esto, y son muchos años los que llevo comiendo en el mismo.
4 - El trato y el ambiente es bueno y tranquilo, además de verse un restaurante limpio y que huele bien. Estas cosas son importantes a la hora de disfrutar de la comida.

No voy a recomendar platos, todos conocemos los más típicos, aunque yo recomiendo el ir probando nuevos platos, como todo en esta vida hay que probarlo para saber que no nos gusta, si es bueno o malo (niños las drogas no!) Mi única recomendación va a ser el postre que siempre me pido yo: plátano frito con miel.
El restaurante está en la calle Reina Fabiola número 37 y el teléfono lo podéis encontrar aquí.